En Sevilla resulta complicado separar las celebraciones cofrades de la vida cotidiana y, especialmente, de los bares y tabernas de barrio. De ahí que se viva de manera natural el aprovechar la asistencia a un besamanos, como es el caso de la entrada anterior, con la visita a otros "templos" más mundanos. Es el caso de las fotos de más abajo tomadas en el Bar Baldogar de la Plaza de San Marcos, esquina con Castellar, el mismo día del besamanos de la Virgen de la Soledad Servita, donde incluso no falta el cante, además de los cafelitos, el vino, las cervezas o un buen plato de ensaladilla para acompañar. Por cierto, es curioso que, a pesar de aber sido tomadas el 9 de diciembre, no observamos en el bar ni un solo detalle de decoración navideña como ocurriría hoy. Eran otros tiempos, desde luego, en los que cada cosa se celebraba en su momento, no un mes antes ni meses después.
No hay comentarios:
Publicar un comentario