sábado, 4 de mayo de 2024

1971: salida de la Hermandad de los Servitas.

 

El 28 de marzo de 1971, en la noche del domingo de Pregón, realiza su salida la Hermandad Servita con el primitivo paso de Nuestra Señora de los Dolores y el Santísimo Cristo de la Providencia. Justo dos días después de haberse celebrado la inauguración de su Capilla a cargo del cardenal José María Bueno Monreal.

 

 

En la mañana del domingo, el paso queda expuesto en la Capilla Servita para la visita de los hermanos y devotos



 

 
























 

Las hermanas del Convento de Santa Isabel visitan la capilla para ver las imágenes entronizadas en su paso. La Virgen de la Soledad aún no sale en su paso palio.

 


 

 

 




 

Por la tarde, los costaleros se hacen la ropa en un zaguán de la vecindad

 

 

 

 

Llega la hora de salida y la Cruz de Guía se planta bajo el dintel de la capilla

 

 

Sale el paso de la Piedad Servita y le cantan varias saetas

 


 


 








Como se aprecia en esta foto, ya en 1971 la salida era multitudinaria



 

El paso de la Piedad Servita atraviesa la Plaza de Santa Isabel para saludar a las monjas del Convento y, después, rodea la torre de la parroquia de San Marcos con la cruz aún bajada.

 









Los vecinos aprovechan el paso de la cofradía para compartir unos vinos en los numerosos bares y tabernas del barrio.

 

 

La Banda Sinfónica Municipal, dirigida por D. Pedro Braña, acompaña de nuevo a la Piedad Servita por las calles del barrio de San Marcos

 

1971. Traslado de las andas de la Hermandad Servita.

 

La misma noche del acto de celebración presidido por el cardenal Bueno Monreal, se realiza el traslado de las andas del paso de la Piedad Servita desde el cercano Convento de Santa Isabel hasta la remozada Capilla de Nuestra Señora de los Dolores.

 


 

Los costaleros de la cuadrilla posan ante el fotógrafo

 

jueves, 2 de mayo de 2024

El cardenal Bueno Monreal inaugura la Capilla Servita (y III).

 

Tras el acto de inauguración, se celebra un pequeño ágape en el cercano Convento de Santa Isabel, donde el cardenal Bueno Monreal departirá con los asistentes.

 

El cardenal junto al padre Pérez Estudillo y un joven Dubé de Luque




El cardenal Bueno Monreal saluda a las monjas del Convento de Santa Isabel.


























Un grupo de hermanos servitas posan ante el fotógrafo


El cardenal Bueno Monreal inaugura la Capilla Servita (II).

 

El cardenal José María Bueno Monreal celebra una misa en la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores ante los hermanos servitas y devotos del barrio de San Marcos.



























 
 













 

Una vez terminado el acto litúrgico, es el momento de departir con los hermanos y asistentes




El cardenal Bueno Monreal inaugura la Capilla Servita (I).

 

El 26 de marzo de 1971, el cardenal y arzobispo de Sevilla José María Bueno Monreal (1904-1987), inaugura la remozada Capilla de Nuestra Señora de los Dolores de la Hermandad Servita.  

 


 

 











 

El acto supone un importante respaldo del Arzobispado a la que todavía es una hermandad de vísperas. Los hermanos servitas responden con su masiva participación y no escatiman en recursos y boato, a pesar de su humilde condición en el mundo cofrade. Estamos ante uno de los hitos que, años después, marcará el estilo de una hermandad elegante, de excelente patrimonio artístico, buen gusto y saber hacer.

 

 
El cardenal Bueno Monreal hace su entrada en la Capilla Servita y los asistentes lucen sus mejores galas
 





 

 





































martes, 30 de abril de 2024

Parroquias... y parroquianos. 1971.

 

En los barrios del centro de Sevilla, a principios de los años 70, existían dos tipos de "templos", los religiosos y los profanos. Iglesias y tabernas eran frecuentadas por sus respectivos parroquianos. Y no era raro que muchos compartieran ambos ambientes cuando era menester. Veamos.

 

En aquella Sevilla existían numerosas tabernas -de precios muy asequibles para la época- que solo requerían de un pequeño local y un mobiliario escaso para congregar a un grupo de asiduos parroquianos en torno a los botellines de cerveza o a los vasos de vino tinto, acompañados de cacahuetes o "chochitos" -altramuces- y poco más. En la actualidad prácticamente han desaparecido, siendo el Tremendo o el Bar Jota los más destacados vestigios de aquellas tabernas.

 







 

 





 

Empezaban también a surgir bares mejor equipados, de barra larga metalizada, que contaban con servicio de cafetería y un largo surtido de tapas, si bien eran más caros que las tabernas y reunían a un público con mayor poder adquisitivo.

 


 

El tipo de parroquianos solía variar entre bares y tabernas, pero abundaban los "personajes" sevillanos tanto en unos como en otras.

 


 



Y si no, también la calle ofrecía un lugar para compartir unos vinos. Como este grupo bebiendo al sol de la Plaza de Santa Isabel.

 

 

O aprovechando el frescor de la noche en la calle Vergara, seguramente a las puertas de la taberna Casa Tomás.