sábado, 14 de septiembre de 2024

Retrato de Manolito el Pitoche. 1972.

 

El barrio de San Marcos estaba poblado de personajes. Para el fotógrafo aficionado uno de los más entrañables era Manolito el Pitoche. Era apocado, poco hablador y buena persona. Lamentamos desconocer su historia en un barrio tan cargado de biografías dramáticas. Si no nos falla la memoria trabajaba como artesano en un pequeño taller que había frente a la puerta de la Capilla Servita en la entonces calle Santa Paula. Confeccionaba lámparas de cristales coloreados y latón que, por entonces, se vendían mucho. Aún pueden verse algunas en las puertas de capillas e iglesias en los días grandes de la Semana Santa. Este retrato nos resulta especialmente conmovedor porque, ante el fotógrafo aficionado, Manolito el Pitoche parece mostrarnos su alma. 

 


 

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