La Virgen de las Aguas preparada para la salida |
El Cristo de la Expiración también espera su salida.
El Cristo empieza a salir por la puerta de la Capilla del Museo. La Virgen le sigue después.
Ya están en las calles de Sevilla
La Virgen de las Aguas preparada para la salida |
El Cristo de la Expiración también espera su salida.
El Cristo empieza a salir por la puerta de la Capilla del Museo. La Virgen le sigue después.
Ya están en las calles de Sevilla
El 30 de marzo de 1969, Domingo de Ramos, la Hermandad de la Hiniesta realiza su estación de penitencia a la Santa Iglesia Catedral.
El Cristo de la Buena Muerte comienza a salir por la ojiva de San Julián. Numeroso público se reúne en el templo para ver la salida desde dentro.
Mientras, se va encendiendo la candelería del paso de palio de la Virgen de la Hiniesta.
Poco después, empieza a salir también la Virgen.
Ya están en las calles de Sevilla.
La mirada del niño recoge el pasado como un lienzo soñado colmado de imágenes, olores, sabores y sonidos. Un paisaje sensorial reconstruido por el paso del tiempo que conforma nuestra forma de ser y, sobre todo, de sentir y estar en el mundo. Estos niños y niñas de 1968, hoy personas mayores, mantienen en sus ojos la nostalgia de ese pasado que nunca volverá, pero que siempre vivirá con ellos.
La Piedad Servita, obra excelsa del escultor José Montes de Oca (s. XVIII), era una humilde hermandad de vísperas antes de ser nombrada Cofradía de Penitencia en 1971 y realizar su primera estación a la Santa Iglesia Catedral en la Semana Santa de 1972. Por eso, en 1968 la encontramos saliendo por su barrio en los días previos a la Semana Santa de ese año.
Sus jóvenes cofrades presentan la Cruz de Guía en la puerta de la capilla, prestos a salir por el barrio de San Marcos.
El primitivo paso de Nuestra Señora de los Dolores y el Santísimo Cristo de la Providencia está a punto de salir a la calle.
El paso es prestado por la Hermandad del Carmen de Santa Catalina.
El paso comienza a salir de la capilla.
La Piedad Servita ya está por las calles de su barrio acompañada de cofrades y vecinos.
La Piedad Servita pasa por la Iglesia de San Marcos.
En 1968, los pasos de la Hermandad de la Hiniesta hacen su estación de penitencia al mando de la familia Ariza.
El Cristo de la Buena Muerte, aún dentro de la iglesia de San Julián, procesiona en su antiguo paso de caoba oscura.
La Virgen de la Hiniesta espera también en la iglesia a que la cofradía inicie su estación de penitencia.
Los costaleros se preparan la ropa y se ayudan unos a otros para ajustársela.
Primera levantá del paso. Listos para salir.
Un pequeño nazareno también está preparado para la salida.
Sale con dificultad, por la ojiva de San Julián, el paso de Cristo, a las órdenes de José Ariza.
La Virgen de la Hiniesta empieza a salir por la estrechez de la puerta.
¡Ya está en la calle el paso de palio!
Rafael Ariza lo manda.
La Virgen ya viene de vuelta. Otro año más, el sueño se ha cumplido.