A finales de 1972, la iglesia de San Marcos aún se encontraba en proceso de restauración después de haber sido incendiada y expoliada en los inicios de la guerra civil del 18 de julio de 1936. Una restauración que no terminaría hasta 1987. Pero, a pesar de ello, pocos años antes de 1972 ya se podían celebrar bodas y bautizos en dicho templo. Eso sí, en un templo prácticamente desnudo de altares, imágenes y decoración religiosa.
Estas celebraciones festivas posibilitaron que algunos bares del entorno de la Plaza de San Marcos pudieran acoger las comidas o convites que seguían a los rituales religiosos. Concretamente, el fotógrafo aficionado documenta la celebración de una boda en el cercano bar de la Alegría de San Marcos, situado en la esquina de dicha plaza con la calle Socorro, hoy desaparecido.
El convite posterior a la boda resulta de especial interés porque muestra los retratos, los tipos y usos de aquellos años a la hora de celebrar estas fiestas en los barrios populares del centro de Sevilla, donde, como vemos, el botellín de Cruzcampo era el "rey de la fiesta".
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