Las noches de Feria en la década de los 70 también eran muy animadas, quizás más familiares que años después, sobre todo en la actualidad, cuando empezaron a ser tomadas claramente por la juventud -casi adolescentes- a partir de los 80, gracias al traslado a los Remedios y la instauración de la democracia, lo que dio lugar a la aparición, por ejemplo, de las casetas-discotecas.
En las casetas, las sevillanas y las rumbas la ponían las voces, palmas y guitarras de los asistentes. Sin embargo, en la actualidad ya no quedan muchas casetas donde no se ponga la música enlatada.
Y arriba tenemos unos de los personajes más populares de la Sevilla de la época, Pepe el escocés, que ni se llamaba Pepe ni era escocés. Su nombre era Bertrand Olivier Gaston de Bonnechose y era francés, nacido en Versalles en 1897. Pero así es Sevilla, que renombra a sus ilustres a su antojo. Así lo cantó el Pali en 1979: ...tiene una deuda Sevilla/con aquel gran extranjero/que de tan lejos venía./Viva la gracia del mundo,/viva el arte y el gaché,/murió queriendo a Sevilla,/viva Pepe el escocés.
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