En aquel verano de 1970, en el que solo había aire fresquito en el Corte Inglés de la plaza del Duque -que se había inaugurado tan solo dos años antes-, o en la fresquita Catedral en la que aún se podía deambular por ella sin pagar un duro, las plazas, las calles, los portales de las casas, los corrales, los bares y las tabernas se convertían cada noche en un lugar de encuentro para sobrellevar el calor que hacía dentro de las viviendas de estos barrios populares de Sevilla.
Lo que se acompañaba, si era posible, con un vaso de vino, como estos vecinos sentados al fresco de la plaza de Santa Isabel.
Las tabernas y los bares también eran lugares muy frecuentados en aquellas tórridas noches veraniegas.
En 1970 existían, solo en la Plaza de San Marcos y alrededores, un buen número de bares y tabernas populares que atendían a un nutrido grupo de "feligreses" todo el año, como el Bar la Alegría situado en la esquina de la plaza con la calle Socorro.
O la taberna El Disloque, situada en la embocadura de la calle Bustos Tavera.
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