sábado, 4 de mayo de 2024

1971. Traslado de las andas de la Hermandad Servita.

 

La misma noche del acto de celebración presidido por el cardenal Bueno Monreal, se realiza el traslado de las andas del paso de la Piedad Servita desde el Convento de Santa Isabel hasta la remozada Capilla de Nuestra Señora de los Dolores.

 


 

Los costaleros de la cuadrilla posan ante el fotógrafo

 

jueves, 2 de mayo de 2024

El cardenal Bueno Monreal inaugura la Capilla Servita (y III).

 

Tras el acto de inauguración, se celebra un pequeño ágape en el cercano Convento de Santa Isabel, donde el cardenal Bueno Monreal departirá con los asistentes.

 

El cardenal junto al padre Pérez Estudillo y un joven Dubé de Luque




El cardenal Bueno Monreal saluda a las monjas del Convento de Santa Isabel.


























Un grupo de hermanos servitas posan ante el fotógrafo


El cardenal Bueno Monreal inaugura la Capilla Servita (II).

 

El cardenal José María Bueno Monreal celebra una misa en la Capilla de Nuestra Señora de los Dolores ante los hermanos servitas y devotos del barrio de San Marcos.



























 
 













Una vez terminado el acto litúrgico, es el momento de departir con los hermanos y asistentes


El cardenal Bueno Monreal inaugura la Capilla Servita (I).

 

El 26 de marzo de 1971, el cardenal y arzobispo de Sevilla José María Bueno Monreal (1904-1987), inaugura la remozada Capilla de Nuestra Señora de los Dolores de la Hermandad Servita.  

 


 

 











 

El acto supone un importante respaldo del Arzobispado a la que todavía es una hermandad de vísperas. Los hermanos servitas responden con su masiva participación y no escatiman en recursos y boato, a pesar de su humilde condición en el mundo cofrade. Estamos ante uno de los hitos que, años después, marcará el estilo de una hermandad elegante, de excelente patrimonio artístico, gusto y saber hacer.

 

 
El cardenal Bueno Monreal hace su entrada en la Capilla Servita y los asistentes lucen sus mejores galas
 





 

 





































martes, 30 de abril de 2024

Parroquias... y parroquianos. 1971.

 

En los barrios del centro de Sevilla, a principios de los años 70, existían dos tipos de "templos", los religiosos y los profanos. Iglesias y tabernas eran frecuentadas por sus respectivos parroquianos. Y no era raro que muchos compartieran ambos ambientes cuando era menester. Veamos.

 

En aquella Sevilla existían tabernas -de precios muy asequibles para la época- que solo necesitaban un pequeño local y un mobiliario escaso para congregar a un grupo de asiduos parroquianos en torno a los botellines de cerveza o los vasos de vino tinto, acompañados de cacahuetes o "chochitos" -altramuces- y poco más.

 







 

 





 

También empezaban a surgir bares mejor equipados, de barra larga metalizada, servicio de cafetería y un largo surtido de tapas.

 


 

El tipo de parroquianos solía variar entre bares y tabernas, pero abundaban los "personajes" tanto en unos como en otros.

 


 



Y si no, también la calle ofrecía un lugar para compartir unos vinos. Como este grupo al sol de la Plaza de Santa Isabel.

 

 

O aprovechando la noche en la calle Vergara.

 


Vía Crucis del Cristo de la Hiniesta.

 

El 31 de enero de 1971 se celebra el tradicional Vía Crucis del Cristo de la Buena Muerte de la Hermandad de la Hiniesta. La imagen de Castillo Lastrucci es portada por sus hermanos por las calles de la feligresía de la Parroquia de San Julián, visitando distintos centros religiosos como el Convento de Santa Paula o la Capilla Servita.

 



 

 

 

 

El Cristo de la Buena Muerte espera en la iglesia a ser portado en hombros por sus hermanos.

 

 

 

 






 

 

La representación de la Hermandad Servita participa en el Vía Crucis.